Siempre pensé que no era para tanto, que quizás estaba exagerando. A fin de cuentas los hombres son hombres y a las mujeres serán mujeres. Es algo normal, ¿verdad? No es acoso o ¿sí?. Está confusión rondaba en mi cabeza.
Pues, tardé mucho en darme cuenta que aquella ansiedad que sentía, aquella presión cuándo un hombre con el cuál no tenía confianza me invitaba un café insistentemente con el clásico: «¿Oye, cuándo nos vemos?», «¿cuándo nos reunimos?» era normal. Nada de esto estaba bien. Es preocupante, porque en la sociedad que vivimos, tanto hombres como mujeres hemos normalizado estás conductas. Llegando incluso a acusar de histérica o exagerada a quién debería ser la víctima en este caso. Y seamos honestos, la mayoría de los hombres no saben cuándo parar. Un ¡No! es un reto para ellos, hay límites que sencillamente son difíciles de explicar. Es un trabajo de todos sensibilizar el tema, porque confío que hay espacios de comunicación para adentrarnos en la empatía del ser humano para lograr las relaciones sanas que deseamos.
Hoy es el día de la mujer, y el ciberacoso sigue siendo una asignatura pendiente. Un tema casi tabú, por más que hagan documentales, artículos, reportajes, el tema sigue causando problemas y polémicas. Polémicas totalmente infundadas por que: no es no y punto. Si no estoy cómoda, no está bien. No tenemos confianza, no está bien. No me siento segura, definitivamente no está bien. ¿En qué momento sobrepasamos la línea? ¿Cuándo te di permiso para comportarte así? No lo sé, nunca lo sé. Hay conductas que lastimosamente uno pasa por alto por no querer ser juzgada, pero simplemente no están bien. Y tenemos que empezar a entenderlo como tal.
Es importante reconocer también que cada mujer es única y puede reaccionar de manera diferente al acoso en línea. Sin embargo, en general, el acoso en línea puede hacer que una mujer se sienta incómoda, ansiosa, asustada, insegura, avergonzada o enojada. Y como dije antes, yo me he sentido así, en varias ocasiones pensando que es difícil como ser humano y público, identificar cuando si y cuando no responder mensajes que no me hacen sentir bien.
El acoso en línea puede manifestarse de muchas maneras, desde mensajes no deseados persistentes hasta amenazas de violencia y acoso sexual. Puede ser especialmente angustiante cuando el acosador es un extraño y no se conoce su verdadera intención.
Además, el acoso en línea puede invadir la privacidad de una mujer y hacer que se sienta vulnerable e indefensa. Puede tener un efecto negativo en su autoestima y hacer que se sienta juzgada o menospreciada por su género.
Es importante tomar en serio el acoso en línea y buscar apoyo si se siente abrumada. Hay recursos disponibles para ayudar a las mujeres a manejar el acoso en línea y protegerse a sí mismas.
Me ha tocado vivirlo por tantos años, y es hasta ahora que puedo identificarlo. ¿Cómo puedes tú identificarlo? Aquí hay algunas señales que podrían indicar que una persona es un acosador cibernético:
La persona envía mensajes amenazantes, insultantes o degradantes a través de las redes sociales, correo electrónico o mensajes de texto.
La persona publica información privada o fotos comprometedoras de otra persona sin su consentimiento.
La persona crea perfiles falsos para acosar a alguien o difundir información falsa sobre esa persona.
La persona utiliza tácticas de manipulación, como la intimidación, el chantaje o la extorsión para controlar a la otra persona.
La persona sigue y acecha a la otra persona en línea, comentando constantemente en sus publicaciones o enviando mensajes no deseados. Si sospechas que alguien está acosando cibernéticamente a otra persona, es importante que tomes medidas para ayudar a la víctima y detener el comportamiento del acosador. Puedes hablar con la persona acosada y brindarle apoyo emocional, documentar cualquier evidencia del acoso y reportar el comportamiento a las autoridades competentes.
Aquí dejo algunos ejemplos de acoso en línea que yo misma he recibido en mis redes sociales:
Las muestras que he seleccionado van desde lo más normalizado a proposiciones que me parecen una locura total y perversión. Y también las he seleccionado por que eran persistentes, de las mismas personas una y otra vez. Algunos dirán:
«Bloquéalo, no te compliques».
Pero, a veces este paso que parece tan sencillo se convierte en una pesadilla. El acosador cuando se ve bloqueado muchas veces busca otras formas de acercarse. Llegando incluso a ponerse peligroso. Me ha pasado. Pero, como dije anteriormente, me costó llegar al punto de entender que no era una conducta normal. Si no más bien que yo, como muchas mujeres, las estaba normalizando. Así hemos crecido, así estamos acostumbradas en una sociedad machista dónde el oponerse a ciertos comportamientos es muestra de rebeldía y nos lleva a ser considerados anti sociales y poco amigables. El problema es que en el mundo cibernético y en especial con total desconocidos, el asunto es muy difícil. Y las mujeres estamos en la mira constante de personas que simple y llanamente no saben controlarse.
Es difícil determinar una cifra exacta de cuántas mujeres son víctimas de acoso cibernético cada día, ya que muchas de ellas no informan o denuncian sus experiencias. Sin embargo, según un informe de la Organización de los Estados Americanos (OEA), en América Latina, el 46% de las mujeres ha experimentado violencia en línea en algún momento de sus vidas. Además, según una encuesta de YouGov realizada en 2020 en Estados Unidos, el 37% de las mujeres entre 18 y 34 años informaron haber experimentado acoso en línea.
Es importante tener en cuenta que el acoso cibernético es un problema global que afecta a personas de todas las edades, géneros y países. Se necesita una mayor conciencia y esfuerzos por parte de los gobiernos, las empresas de tecnología y la sociedad en general para abordar este problema y proteger a las personas de la violencia en línea. Al ser una figura pública muchas personas dirán que esto es parte de mi trabajo y toca acostumbrarme. Pero, no, no es así. Vivimos en una sociedad que se supone es civilizada. Y cómo tal, hay que empezar a poner un alto a este gran problema que empieza, en teoría, de forma inofensiva. Pero, que a la larga llega a convertirse en algo altamente peligroso pudiendo llegar a consecuencias fatales en un punto. Por que así como no todas las mujeres reaccionamos igual al acoso, tampoco el acosador reacciona igual al rechazo. Y es en ese punto dónde al no saber que hacer, aquello que no se abordó a tiempo se sale de control.
Un tema importantísimo que tratar. Me encantó el articulo. Me encanto la parte donde indicas que asi como las mujeres no reaccionan igual al acoso los hombres no reaccionan igual al rechazo. Hay que trabajar en estos conceptos desde que estamos formando a los niños y jóvenes. Son conceptos que si se tratan a tiempo se normalizan y aprenden a tiempo.
Raul Perez Gurdian Perez Gurdian
marzo 8, 2023 at 3:06 pm
Un tema importantísimo que tratar. Me encantó el articulo. Me encanto la parte donde indicas que asi como las mujeres no reaccionan igual al acoso los hombres no reaccionan igual al rechazo. Hay que trabajar en estos conceptos desde que estamos formando a los niños y jóvenes. Son conceptos que si se tratan a tiempo se normalizan y aprenden a tiempo.