De origen tamil y jamaicano, Kamala Harris es un nombre que va a quedar en la historia como la primera mujer, la primera persona negra y la primera persona de ascendencia asiática en convertirse en la vicepresidenta de los Estados Unidos.
Una historia inspiradora la cuál ha quedado plasmada en su libro «Nuestra Verdad» del año 2021. En el mismo comparte su historia de vida, desde su infancia en California hasta su ascenso a la política estadounidense. A través de sus memorias, Harris comparte las lecciones que ha aprendido a lo largo de su carrera, y destaca la importancia de luchar por la justicia social y la igualdad en la sociedad actual.
Trataré de hacer un resumen de aquellos que me parecieron los puntos más importantes mencionados en el libro. Puntos con los que me siento identificada como mujer latinoamericana y que de seguro a muchas otras mujeres les pasará lo mismo. Resulta gratificante y a la vez alarmante – si es posible sentir ambas cosas a la vez – que a mujeres tan poderosas en países del primer mundo, le pasen situaciones tan relacionables con nosotras, las que vivimos en Latinoamérica. Al final todas somos mujeres a los ojos de la sociedad, y por ello resulta importante este tipo de literatura dedicada a nosotras.
Nacida en Oakland, California, en 1964, Kamala Harris creció en una familia de inmigrantes y estudió derecho en la Universidad de California, Hastings. Antes de convertirse en vicepresidenta, Harris se desempeñó como fiscal general de California y senadora de los Estados Unidos. Puestos de suma importancia en la política, que ahora sabemos tienen mucho que ver con el apoyo materno que recibió en su vida. Ya que en «Nuestra Verdad», Harris habla sobre la influencia de su madre, Shyamala Golapan Harris, en su vida y su carrera.
Shyamala era una inmigrante de India y fue una figura inspiradora y poderosa para Kamala, quien la describe como:
«una de las personas más grandes que he conocido».
Era una activista por los derechos civiles y la igualdad racial, y enseñó a Kamala y a su hermana Maya la importancia del activismo y la lucha por la justicia social desde una edad temprana. Kamala recuerda que su madre les decía:
«Nunca se sienten a la mesa. Levántense y luchen».
Además, Shyamala también inculcó en Kamala una fuerte ética de trabajo y una determinación para alcanzar sus metas. Kamala describe a su madre como una «fuerza de la naturaleza» que les enseñó a no tener miedo de perseguir sus sueños y trabajar duro para lograrlos.
A lo largo del libro, Kamala también habla sobre el dolor que sintió después de la muerte de su madre en 2009. A pesar de que su madre no vivió para verla convertirse en la primera vicepresidenta de los Estados Unidos, Kamala siente que su legado y su influencia continúan guiándola en su vida y en su trabajo.
El ejemplo de Shyamala Gopalan es un testimonio del poder de las madres como modelos a seguir y su influencia en la formación de valores y creencias en las niñas. Según el informe «Estado de la infancia en el mundo 2017» de UNICEF,
«las madres son una de las principales fuentes de apoyo emocional y económico para los niños y niñas»,
lo que destaca la importancia de la figura materna en la vida de una niña.
Además, un estudio de 2018 publicado en la revista científica Child Development encontró que la calidad de la relación madre-hija estaba positivamente relacionada con la autoestima de las niñas y su capacidad para resistir la presión de los pares.
El ejemplo materno también puede ser una fuente de inspiración para que las niñas persigan sus metas y sueños. Como Harris escribió en «Nuestra Verdad»:
«mi madre sabía que su papel era no sólo asegurarse de que estuviéramos bien cuidados, sino también asegurarse de que creciéramos seguros y libres para ser lo que quisiéramos ser».
El ejemplo de Shyamala Gopalan en la vida de Kamala Harris es una poderosa demostración del impacto que una madre puede tener en la vida de su hija. Las madres pueden ser modelos a seguir y una fuente de inspiración para que las niñas persigan sus metas y sueños. Por lo tanto, es fundamental apoyar y empoderar a las madres en su papel como modelos a seguir para las niñas, para que puedan criar a hijas seguras y confiadas, y futuras líderes en sus comunidades y en el mundo.
Por otra parte, en el libro Kamala también describe cómo ha luchado contra el sexismo y el racismo en su camino hacia la cima de la política estadounidense.
«La verdad es que la mayoría de las mujeres, incluyéndome a mí misma, hemos sufrido discriminación y acoso en el trabajo»,
Escribe Harris.
«Pero no podemos permitir que eso nos detenga. Tenemos que seguir adelante y luchar por lo que creemos».
Esta cita de Harris es particularmente relevante para las mujeres latinoamericanas, que a menudo enfrentamos barreras adicionales debido a nuestro género u origen étnico.
Harris recuerda que, en su primer trabajo en un bufete de abogados, un socio la invitó a salir y la tocó de manera inapropiada. Harris relata que al enfrentar al socio sobre su comportamiento, este la denigró y la discriminó.
En otra ocasión, Harris se enfrentó a una situación incómoda mientras trabajaba como fiscal en el condado de Alameda. Un juez le preguntó si estaba disponible para salir esa noche y le hizo comentarios inapropiados sobre su apariencia. Harris se sintió humillada y vulnerable en ese momento.
La historia de Harris es lamentablemente común, especialmente en el ámbito legal. Como ella misma indica,
«La verdad es que la mayoría de las mujeres, incluyéndome a mí misma, hemos sufrido discriminación y acoso en el trabajo».
Esto refleja la triste realidad de que las mujeres, especialmente las mujeres de color, enfrentan obstáculos adicionales en el lugar de trabajo debido a la discriminación basada en el género y la raza.
El acoso laboral y la discriminación de género son problemas graves y extendidos en todo el mundo, incluyendo los Estados Unidos y América Latina. Según una encuesta realizada por la organización Catalyst, el 51% de las mujeres de los Estados Unidos han experimentado acoso sexual en el trabajo en algún momento de sus carreras.
En Latinoamérica, un informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) encontró que más del 40% de las mujeres en la región han experimentado acoso sexual en el lugar de trabajo. Además, según el informe de ONU Mujeres «El progreso de las mujeres en el mundo 2019-2020», la región de América Latina y el Caribe tiene una de las tasas más altas de violencia contra las mujeres en el mundo.
La discriminación basada en género también es un problema generalizado. En los Estados Unidos, las mujeres ganan solo el 82% del salario de los hombres en trabajos de tiempo completo y, para las mujeres de color, esta brecha salarial es aún mayor. Además, las mujeres también enfrentan barreras para acceder a puestos de liderazgo y alta dirección en muchas industrias.
En América Latina, las mujeres también enfrentan desigualdades salariales significativas. Según un informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), la brecha salarial entre hombres y mujeres es del 20%. Además, las mujeres están subrepresentadas en posiciones de liderazgo y toma de decisiones en muchas áreas, incluyendo la política y los negocios.
Estos problemas tienen graves consecuencias para las mujeres y la sociedad en general. La discriminación y el acoso laboral pueden afectar negativamente la salud mental y física de las mujeres y limitar sus oportunidades de carrera. Además, la discriminación basada en género y la violencia contra las mujeres son barreras significativas para el desarrollo sostenible y la igualdad de género en todo el mundo.
Me queda claro entonces, leyendo la experiencia de una mujer tan fuerte como Kamala, que es necesario abordar estos problemas de manera integral, tanto en los Estados Unidos como en América Latina. Esto incluye la implementación de leyes y políticas que protejan a las mujeres de la discriminación y el acoso laboral, la promoción de una cultura de respeto y equidad en el lugar de trabajo, y el fomento de la igualdad de género en todas las áreas de la sociedad. Solo entonces podremos construir un mundo más justo y equitativo para todas las mujeres.
Sin embargo, como Harris menciona en el libro, ella se niega a permitir que estas experiencias la detengan. En cambio, usa su plataforma para hablar en nombre de otras mujeres que enfrentan discriminación y acoso en el lugar de trabajo:
«No podemos permitir que eso nos detenga. Tenemos que seguir adelante y luchar por lo que creemos», afirma.
Harris ha demostrado que es posible superar estos obstáculos y tener éxito en la política, incluso en un país tan complejo como los Estados Unidos.
Ella también habla en «Nuestra Verdad» sobre su lucha por la justicia social y la igualdad racial. Estas son cuestiones importantes para las mujeres latinoamericanas, que a menudo son marginadas y discriminadas debido a su origen étnico.
Según el Centro Nacional para la Igualdad de los Derechos Civiles, las mujeres latinas tienen la tasa de pobreza más alta de todos los grupos étnicos en los Estados Unidos, con un 25,6% viviendo por debajo del umbral de la pobreza en 2019.
Además, las mujeres latinas también enfrentan barreras en el mercado laboral. La Comisión de Igualdad de Oportunidades en el Empleo de los Estados Unidos informó que en 2018, las mujeres latinas ganaron solo el 55% de lo que ganan los hombres blancos no hispanos en promedio.
La discriminación también se extiende al acceso a servicios de salud. Según un informe de la Oficina de Salud de la Mujer del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, las mujeres latinas tienen más probabilidades de no tener seguro de salud en comparación con otros grupos étnicos, lo que puede resultar en una atención médica inadecuada y una falta de acceso a servicios de salud esenciales.
Como sociedad, es importante abordar estas desigualdades y trabajar para crear una sociedad más justa y equitativa para todos. Y Kamala lo plasma en el libro cuando dice:
«La igualdad de oportunidades y la igualdad ante la ley son las claves para el éxito de cualquier comunidad».
La verdad es que resulta casi imposible no sentirme inspirada y fortalecida después de leer «Nuestra Verdad». Inspirada y fortalecida en mi compromiso como defensora de los derechos de las mujeres. Por que a través de su historia personal y su carrera política, Harris ha demostrado que las mujeres pueden ser poderosas agentes de cambio en la lucha por la justicia social y la igualdad.
Estoy seguro que su mensaje de empoderamiento y perseverancia me ayudará a crecer como líder y a mantener mi convicción en mi capacidad para hacer una diferencia en el mundo. Me siento motivada a seguir luchando contra la discriminación y la desigualdad de género, y a trabajar por un futuro más justo e inclusivo para todas las mujeres, especialmente aquellas que pertenecen a comunidades marginadas.
Además, el libro me ha dado una mayor comprensión de las barreras y desafíos que enfrentan las mujeres en la política y en otros campos, lo que me ha ayudado a ser más consciente y estratégica en mi trabajo como defensora de los derechos de las mujeres.
«Nuestra Verdad» es un libro poderoso y conmovedor que ha reforzado mi compromiso con la lucha por la igualdad y la justicia. Kamala Harris es una inspiración para todas las mujeres, y su historia es un recordatorio de que podemos superar cualquier obstáculo y alcanzar nuestras metas si trabajamos juntas y nos mantenemos firmes en nuestras convicciones.